domingo, 7 de marzo de 2021

Mirar el mundo con ojos de mujer.

 


José Martínez Cruz.

Cuando el morado feminista inunda las calles en todo el mundo, como aguas caudalosas que arrastran a su paso los odios que al mundo envenenan, se construye una realidad distinta a la que quieren imponer los dueños del poder y del dinero. Enfrentar la pandemia de la violencia feminicida implica superar los miedos ancestrales y los mecanismos de dominación del capitalismo. Luchar por la vida libre de violencia ha sido una demanda histórica que ha impulsado la izquierda socialista, como lo muestra el acuerdo de la Internacional Socialista en su congreso de 1911 a propuesta de Clara Zetkin, para establecer el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

En Morelos, a principios de los años 70s, fueron las mujeres trabajadoras de la industria de la confección, quienes realizaron un paro de labores por la vía de los hechos, para exigir la reinstalación de 110 despedidas, lograron su objetivo y crearon uno de los primeros sindicatos independientes. En este 2021 la convocatoria al Paro Mundial de Mujeres es la acumulación de las luchas de protesta ante la creciente desigualdad económica, la injusticia social, la discriminación y las múltiples violencias que laceran la dignidad de mujeres y niñas.

El 8 de marzo en la actualidad adquiere una relevancia mayor para enfrentar la ola misógina, discriminatoria y racista que existe a nivel internacional, como señalan Juliana Quintanilla y Paloma Estrada, de la Comisión Independiente de Derechos Humanos, quienes ante cada muerte violenta de mujer han elevado su voz, acompañando a las víctimas, porque los derechos de las mujeres forman parte fundamental de los derechos humanos.

Estamos viviendo una nueva ola del movimiento de mujeres que tendrá un efecto duradero en las formas y demandas de la lucha de clases, notoriamente con la nueva herramienta de la huelga feminista de mujeres, como señalan Alicia Guerra, Josie Chávez, Gaby Corona, Mafer Arellanes y Melisa Morán, de la comisión feminista del PRT en su contribución al documento de la IV Internacional, sobre el nuevo ascenso del movimiento de mujeres.

Si en realidad queremos transformar las condiciones de vida, debemos aprender a mirarlas a través de los ojos femeninos, como dijeran Trotsky y Rosa Luxemburgo. La revolución es feminista y es ahora. El 8 de marzo debe ser un día para la acción y reflexión de toda la sociedad para hacer plenamente vigentes los derechos humanos de todas las mujeres a una vida libre de violencia.