jueves, 19 de marzo de 2009

Entre el espanto y la ternura: diálogo con la otra campaña

Entre el espanto y la ternura
Por un dialogo fraterno con la otra campaña

José Martínez Cruz

En la Asamblea Unitaria de Morelos hay una convocatoria abierta a sumar fuerzas entre diversas corrientes políticas de izquierda, que permita fortalecer un referente unitario de lucha claramente en defensa de los intereses de la mayoría de la población trabajadora.
Quienes respondimos a la convocatoria lanzada por los pueblos de Oaxaca para construir este espacio unitario en Morelos, partíamos de experiencias de lucha acumuladas durante anos de resistencia y de coordinación de diferentes espacios. El mas reciente fue el Frente de Resistencia Civil y Pacifica de Morelos, constituido en protesta contra el fraude electoral cometido por el panismo en contra de la voluntad popular. Antes, varias de estas organizaciones e individuos venían participando en espacios como la Convergencia Sindical y Social o La Otra Campana, para mencionar dos de ellos. También surgieron frente en defensa del agua, la tierra y el aire, sobre todo a raíz de la crisis de la basura.
La Otra Campana en Morelos surgió con la participación de varios grupos y organizaciones que asistimos a la selva Lacandona y nos sumamos a la Sexta Declaración, convencidos de la necesidad de construir desde abajo y a la izquierda.
Los resultados de este proceso en Morelos muestra, por una parte, la importante respuesta lograda para recibir a la Comisión Sexta encabezada por el delegado zero, Subcomandante Marcos, que logro unir a diversas luchas y mostró el mosaico de resistencias existentes en Morelos. Las diferencias surgidas en torno a las alianzas y quienes deberían participar significo la exclusión de pueblos y comunidades que habían expresado su identificación con la causa zapatista. El caso mas evidente fue la cancelación de actividades en pueblos como Xoxocotla, bajo el falso argumento de que estaba organizado por el PRD. Las consecuencias de la aplicación de estos métodos excluyentes y antidemocráticos significo que la otra campana en Morelos restara en lugar de sumar. Y lo que pudo haber sido un proceso de incorporación de muchos adherentes, significo una disminución y debilitamiento de este proyecto, que poco a poco fue perdiendo fuerza y capacidad de influir en la lucha de los pueblos y de la clase trabajadora. Aun cuando muchos integrantes de la otra campana se percataron de la importancia de luchar contra el fraude electoral, aun sin haber participado en las campañas ni haber votado por López Obrador pero entendiendo que la lucha contra el fraude permitiría aumentar la fuerza popular contra las políticas dominantes, sumamos fuerzas en la constitución de la CND.
Aun cuando la Asamblea Unitaria ha tratado de que la otra campana se sume a las actividades conjuntas, en la perspectiva de sumar fuerzas y de que se prioricen las coincidencias, en muchas ocasiones se ha evitado el debate de ideas y propuestas por las descalificaciones y ataques o exclusiones.
Actualmente, la iniciativa de constituir un Frente Nacional contra la Represión experimenta las mismas contradicciones. Es necesario un instrumento que defienda a las y los presos políticos, que luche contra la represión, que se oponga a la persecución y que defienda los derechos humanos. Ese instrumento, para lograr sus objetivos, debe ser lo suficientemente amplio como para tener la fortaleza necesaria. No será posible que una sola fuerza consiga ese objetivo. Si se trata de unir solo a la propia corriente, estamos entonces ante un proyecto político que no es de frente, sino de la expresión política de quienes coinciden plenamente y no con quienes tienen sus propias perspectivas políticas, y que, en un marco unitario, son capaces de superar las diferencias para abordar objetivos comunes.
Simbolicamente, no se trata solo de que ahora "mama Chuyita" sustituya a "mama Piedra" para no incluir precisamente a esta ultima en un esfuerzo que deja de ser unitario por ello mismo, sobre todo cuando el esfuerzo y dedicacion a esta lucha continua por parte de quienes, desde hace ya 30 anos, crearon precisamente el Frente Nacional contra la Represion. Claro que la lucha por los derechos humanos no es patrimonio exclusivo de nadie, y pueden convivir muchas iniciativas politicas unitarias, entendiendo que estas no logran ser lo suficientemente amplias para incorporar a todas y todos los que hoy luchan por esa causa.
Uno de los objetivos planteados expresamente por la Sexta declaración, en el sentido de construir una fuerza de izquierda y desde abajo, es compartida por muchas de las organizaciones e integrantes de la Asamblea Unitaria de Morelos, aún cuando algunas de estas organizaciones han sido excluidas de la otra campaña, bajo el argumento de que se comparte la lucha electoral y se apoya a gobiernos represivos, lo cual, lejos de clarificar posiciones lo que hace es obscurecer el debate.
Lo que es claro para el movimiento social en Morelos es que los procesos unitarios tienen la necesidad de abrirse a la acción unitaria y al debate político de ideas, de tal manera que no se impongan posiciones sectarias ni antidemocráticas en el seno del movimiento. Y ahí, hay muchos espacios para coincidir en la lucha por una nueva sociedad. Debate claro y abierto y acción unitaria en la lucha, dos elementos difíciles de conciliar, pero fundamentales para las luchas del pueblo trabajador.

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